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Lo que Kubrick no contó de La Naranja Mecánica

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Robinson Lalos
Editor Senior
Lo que Kubrick no contó de La Naranja Mecánica

Curiosidades extremas del rodaje: Técnica Ludovico y anestesia ocular, uniforme de cricket, música de Wendy Carlos, censura y la obsesión perfeccionista de Kubrick.

Cine Clásico Stanley Kubrick La Naranja Mecánica Curiosidades

¿Qué hace que una película trascienda el tiempo para convertirse en un referente cultural ineludible? En el caso de "La Naranja Mecánica" (1971), la respuesta yace en una combinación explosiva de genio directorial, audacia narrativa y, sobre todo, una producción tan caótica como fascinante. Detrás de cada frame de esta obra maestra de Stanley Kubrick se esconden historias de sufrimiento físico, inspiración inesperada y disputas económicas que revelan el lado más oscuro del proceso creativo.

Malcolm McDowell como Alex DeLarge en La Naranja Mecánica

Estrenada hace más de cinco décadas, la película sigue siendo tan provocadora y relevante como en su día, no solo por su contenido temático, sino por las increíbles anécdotas que rodearon su creación. Hoy desvelaremos tres de los aspectos más impactantes y menos conocidos de su producción: la anestesia ocular que casi deja ciego a su protagonista, el uniforme de cricket que inspiró el icónico vestuario, y la faceta tacañona de un Kubrick que priorizaba el arte sobre la justicia económica. ¿Estás preparado para descubrir los secretos mejor guardados de una de las películas más influyentes de la historia del cine?

Una Película que Marcó Época

"La Naranja Mecánica" no solo es una película, es un fenómeno cultural que generó controversia, admiración y hasta amenazas de muerte contra su director. Basada en la novela de Anthony Burgess, la cinta fue prohibida en varios países y retirada de distribución en el propio Reino Unido por decisión del propio Kubrick tras recibir críticas y presiones. Su impacto perdura hasta hoy, convirtiéndose en referente obligado para cineastas, artistas y estudiosos de la cultura popular.

Anestesia para los Ojos: El Sufrimiento de McDowell

Una de las escenas más icónicas y perturbadoras del cine es, sin duda, el tratamiento Ludovico, donde el protagonista Alex DeLarge es sometido a un condicionamiento psicológico mientras se le obliga a mantener los ojos abiertos para presenciar actos de extrema violencia. Lo que muchos espectadores no saben es que el sufrimiento de Malcolm McDowell durante el rodaje de esta secuencia fue tan real como el que experimenta su personaje en la ficción.

Malcolm McDowell durante la escena del tratamiento Ludovico

Para poder grabar la secuencia y que McDowell resistiera las múltiples tomas que Kubrick quería realizar —el director era conocido por repetir escenas hasta 30 veces para conseguir la perfección—, se anestesiaron los ojos del actor. Sin embargo, a pesar de esta precaución, el aparato diseñado para mantener los párpados abiertos arañó las córneas de McDowell, causándole una ceguera temporal y un dolor insoportable.

Un Dolor Real para un Arte Ficticio

"Terminé con las córneas arañadas, fue desagradable y brutalmente doloroso. Esto se cura bastante rápido, pero a los pocos días Stanley me dice que necesita una toma más a primer plano. Mi sustituto no quiso hacerlo luego de ver lo que me pasó. Por lo tanto, volví a la silla. Era el último día de la sesión. Yo estaba aterrorizado", confesó McDowell en una entrevista.

Pero esto no fue todo. El actor relató cómo, cuando el efecto de la anestesia se pasó, el dolor era tan intenso que comenzó a darse cabezazos contra un muro, mientras Kubrick, obsesionado con su visión artística, solo parecía preocuparse por cuándo podría grabar la siguiente toma. ¿Dónde trazamos la línea entre la dedicación artística y el maltrato al actor?

Y como si esto fuera poco, durante el rodaje McDowell sufrió otras lesiones físicas que ponen de manifiesto el extremo al que llegó Kubrick en su búsqueda del realismo. En la escena donde Alex recibe una paliza en el teatro, el actor sufrió varias fisuras en las costillas. Además, en otra secuencia donde sus amigos, convertidos en policías, sumergen su cabeza en un tanque de agua, el sistema de oxígeno que permitía al actor respirar bajo el agua falló, llevándolo al borde del ahogamiento.

Incluso hay un toque de sadismo en cómo Kubrick incorporó los miedos reales de McDowell a la película. Al enterarse de que el actor le tenía pánico a los reptiles, el director decidió añadir una serpiente como mascota del personaje Alex, convirtiendo el rodaje en una experiencia aún más traumática para el protagonista. No es de extrañar que, años después, McDowell confesara haber llegado a odiar a Kubrick durante la producción.

El Uniforme de Cricket que se Convirtió en Icono

El vestuario de Alex DeLarge es uno de los más reconocibles en la historia del cine: el mameluco blanco, los tirantes, el protector genital colocado externamente, el bombín y la pestaña postiza. Pero lo que muchos desconocen es que este icónico atuendo no fue diseñado por un costumista brillante, sino que surgió de manera casual gracias a que Malcolm McDowell tenía su equipo de críquet en el maletero de su coche.

Malcolm McDowell durante la escena del tratamiento Ludovico

Inspiración Inesperada en el Maletero

"Él (Kubrick) me preguntaba: '¿Y tú qué te pones?' y yo le decía que esta película es de corte futurista y no tenía nada de eso, y abrimos el maletero y vimos la coquillera", relató McDowell en una rueda de prensa. Kubrick quedó fascinado por cómo se veía el actor con el uniforme blanco de críquet y decidió usarlo como base para el personaje, pero con un toque perversamente creativo.

La genialidad de Kubrick estuvo en cómo transformó este atuendo deportivo en algo completamente diferente y perturbador. Sugirió que McDowell usara el protector de la ingle por fuera, como un llamativo y provocativo codpiece que añadía una dimensión sexual a la violencia del personaje. Esta decisión no solo creó un elemento visual inolvidable, sino que también subrayó la dualidad entre la apariencia respetable y la naturaleza salvaje de Alex.

Para completar el look, Kubrick le dio a McDowell una caja llena de sombreros para elegir. El actor seleccionó el bombín, un símbolo de la respetabilidad británica, precisamente por esa razón: "Elegí el bowler, porque simbolizaba la ciudad y la respetabilidad, y yo solo quería dar un verdadero 'jodete' al establecimiento", explicó McDowell. Este gesto de rebeldía encapsula perfectamente el espíritu del personaje y su actitud hacia la sociedad convencional.

El Toque Final: La Pestaña Diabólica

El detalle más inquietante del vestuario fue la pestaña postiza que Alex lleva sobre un ojo. Este elemento surgió de un regalo de broma que McDowell le había comprado a Kubrick: un producto llamado "Yard of Eyelash" (una yarda de pestañas). El director le pidió que se cortara un trozo y se lo probara sobre un ojo. "El uno es realmente siniestro, porque no puedes realmente saber lo que es. Hay algo mal en tu cara, pero no estás seguro de qué es. Así que eso es lo que usaremos", le dijo Kubrick. Este pequeño detalle añadió una capa adicional de misterio y perturbación al personaje, convirtiéndose en uno de los elementos más distintivos de su apariencia.

Stanley Kubrick: El Genio Tacañón

Stanley Kubrick es considerado uno de los directores más brillantes de la historia del cine, pero su genio venía acompañado de una faceta tacañona que causó más de un problema durante la producción de "La Naranja Mecánica". Dos ejemplos particularmente reveladores son su negativa a pagar los derechos de una canción icónica y su incumplimiento de un acuerdo financiero con su protagonista.

"Cantando Bajo la Lluvia": Un Honor no Remunerado

Una de las escenas más impactantes de la película es cuando Alex y sus "droogs" asaltan la casa de un escritor, golpean y violan a su mujer mientras el protagonista canta y baila "Singin' in the Rain" de Gene Kelly. Lo que muchos no saben es que Kubrick nunca pagó los derechos por utilizar esta canción en su película.

Según relató el propio McDowell, Kubrick consideraba que el honor de que él utilizara la canción era suficiente pago. Esta decisión no solo enfureció a los derechos de autor de la canción, sino que también provocó un momento incómodo cuando, años después, McDowell se encontró con Gene Kelly en una fiesta en Hollywood. El legendario actor y bailarín le dio la espalda y se negó a saludarlo, mostrando su disgusto por el uso no autorizado de su canción más famosa en una escena tan violenta.

La ironía es que la idea de usar "Singin' in the Rain" surgió de una improvisación de McDowell durante el rodaje. El actor relata cómo, después de unos días de descanso, saltó de la cama y empezó a cantar la canción como parte de la escena de violencia. Kubrick quedó tan fascinado que inmediatamente le dijo a McDowell que subiera al coche y se dirigieran a su casa para "comprar los derechos de la canción". Sin embargo, esta compra nunca se materializó, demostrando una vez más la naturaleza tacañona del director.

El Acuerdo Incumplido con McDowell

Pero la faceta tacañona de Kubrick no se limitó a los derechos musicales. Según el propio McDowell, él había acordado con el director recibir 100,000 dólares y el 2,5% de la recaudación taquillera de la película, dado el éxito que esta estaba teniendo. Sin embargo, Kubrick rechazó la propuesta y nunca entregó la parte que los ejecutivos de Warner Bros aseguraron que le había sido asignada al actor.

Este incumplimiento financiero es uno de los motivos que podrían explicar el distanciamiento entre Kubrick y McDowell tras el rodaje. Aunque el actor siempre ha sido discreto al respecto, mencionando que "por desgracia perdimos el contacto por motivos en los que yo no voy a entrar", es evidente que estas disputas económicas dejaron una huella en su relación.

Curiosamente, a pesar de estos problemas, McDowell siempre ha reconocido el valor artístico de la experiencia y el talento de Kubrick. "Quería a ese hombre y él me quería a mí, es algo que se ve en la película", dijo en una ocasión, demostrando que, aunque la relación profesional se viera afectada por estas cuestiones económicas, el respeto mutuo por el arte creado permaneció intacto.

Detrás de las Cámaras de La Naranja Mecánica

Para comprender mejor la magnitud de estas curiosidades y muchas otras que rodearon la producción de esta película mítica, te invitamos a ver este video que desvela secretos y anécdotas del rodaje:

Conclusión: El Precio del Arte

"La Naranja Mecánica" es mucho más que una película: es un testimonio del precio que a veces se paga por crear arte verdaderamente revolucionario. Las historias detrás de su producción revelan un lado oscuro del proceso creativo, donde la obsesión por la perfección puede llevar a cruzar líneas éticas y donde el genio artístico puede coexistir con una conducta cuestionable.

El Dilema del Creador

¿Hasta dónde está dispuesto un director a llegar por conseguir la escena perfecta? En el caso de Kubrick, la respuesta parece ser "muy lejos". La anestesia ocular, las múltiples tomas que causaron lesiones físicas, la explotación de los miedos reales del actor... todo ello nos obliga a cuestionarnos los límites entre la dedicación artística y el maltrato.

Pero al mismo tiempo, ¿podemos negar los resultados? "La Naranja Mecánica" sigue siendo una obra maestra, una película que desafía al espectador y provoca reflexiones profundas sobre la violencia, la sociedad y la naturaleza humana. ¿Es el sufrimiento de unos pocos un precio justificable por el arte que perdura para millones? Es una pregunta sin respuesta fácil, pero que merece ser planteada.

La historia del uniforme de cricket, por otro lado, nos recuerda que a veces la inspiración surge de los lugares más inesperados. Lo que comenzó como un simple atuendo deportivo en el maletero de un coche se convirtió en uno de los vestuarios más icónicos de la historia del cine, demostrando que la creatividad no siempre sigue caminos predecibles.

El Legado de una Polémica

Más de cinco décadas después de su estreno, "La Naranja Mecánica" sigue siendo objeto de estudio, debate y admiración. Las controversias que la rodearon, desde su contenido violento hasta los problemas de producción, solo han contribuido a aumentar su mística y su relevancia cultural. La película no solo sobrevivió a su tiempo, sino que se convirtió en una pieza fundamental del cine y la cultura popular, influenciando a generaciones de cineastas, artistas y creadores.

Al final, las historias detrás de "La Naranja Mecánica" nos recuerdan que el cine, en su máxima expresión, es un arte complejo y a menudo caótico. Detrás de cada frame hay decisiones difíciles, sacrificios y, a veces, comportamientos cuestionables. Pero también hay genio, creatividad y una búsqueda incansable de la perfección que, aunque sea a través de métodos polémicos, logra crear obras que trascienden el tiempo y continúan hablándonos décadas después.

"Quería a ese hombre y él me quería a mí, es algo que se ve en la película." - Malcolm McDowell sobre su relación con Stanley Kubrick durante el rodaje de "La Naranja Mecánica".

Porque al final, a pesar de todas las dificultades, lesiones y disputas económicas, lo que permanece es el arte. Y en ese sentido, "La Naranja Mecánica" es un testimonio del poder del cine para conmovernos, desafiarnos y hacer que pensemos, incluso cuando los métodos utilizados para crearlo sean tan perturbadores como la propia película.

Publicado el 20/9/2025

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