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La zona solar que esconde la clave del magnetismo

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Robinson Lalos
Editor Senior
La zona solar que esconde la clave del magnetismo

Descubre el tachocline, la misteriosa capa del Sol que controla su campo magnético y cómo científicos de UC Santa Cruz han logrado modelarla por primera vez.

Estructura interna del Sol mostrando el campo magnético y las manchas solares

En las profundidades de nuestra estrella más cercana existe una capa misteriosa y extremadamente delgada que ha desconcertado a los científicos durante décadas. Esta capa, conocida como tachocline, es tan fina que parece desafiar las leyes de la física tal como las entendemos, y sin embargo, juega un papel fundamental en la generación del campo magnético del Sol, ese escudo invisible que protege nuestro planeta y que, cuando se descontrola, puede desatar tormentas solares capaces de afectar nuestras tecnologías más avanzadas.

¿Por qué es importante el tachocline?

El tachocline actúa como el "cuarto de máquinas" de la actividad magnética del Sol. Es en esta delgada capa donde se cree que se forman las semillas de las erupciones solares y las eyecciones de masa coronal, fenómenos que pueden devastar redes eléctricas globales y satélites en órbita. Comprender cómo funciona esta capa es crucial para predecir estos eventos y proteger nuestra infraestructura tecnológica.

Pero, ¿qué hace tan especial a esta capa? ¿Por qué es tan delgada? ¿Y cómo logra mantener su estabilidad en el entorno turbulento del interior solar? Durante años, estas preguntas han permanecido sin respuesta, convirtiendo al tachocline en uno de los mayores misterios de la física solar. Ahora, gracias a un avance científico reciente, estamos comenzando a desvelar sus secretos.

Física Solar Investigación NASA

El descubrimiento mediante heliosismología

La historia del descubrimiento del tachocline es tan fascinante como la propia capa. A finales de la década de 1980, los científicos se dieron cuenta de que podían entender las propiedades interiores del Sol observando las ondas sonoras que resuenan en su interior. Esta técnica, llamada heliosismología, revolucionó nuestra comprensión de la estructura interna de nuestra estrella.

¿Cómo funciona la heliosismología?

La heliosismología es similar a cómo los geólogos usan ondas sísmicas de terremotos para sondear el interior de la Tierra. En el Sol, las ondas sonoras son generadas por las fluctuaciones de presión en los movimientos convectivos turbulentos de su interior. Estas ondas viajan a través del Sol y se reflejan en la superficie, creando patrones de vibración que los científicos pueden analizar para determinar la temperatura, densidad, composición y movimiento del interior solar.

Las oscilaciones que vemos en la superficie del Sol, con un período típico de unos 5 minutos, son el resultado de millones de estos modos de vibración diferentes, conocidos como p-modos. Al analizar estos patrones, los heliosismólogos pueden "ver" dentro del Sol de una manera que sería imposible de otra manera.

Diagrama de la estructura interna del Sol mostrando el núcleo, la zona radiativa y la zona convectiva

Fue precisamente mediante esta técnica que los científicos descubrieron la existencia del tachocline. Las ondas sonoras revelaron una capa de transición extremadamente delgada entre la zona radiativa y la zona convectiva del Sol, donde la tasa de rotación cambia drásticamente. Este descubrimiento fue una sorpresa, ya que los modelos teóricos existentes no predecían una capa tan delgada en esa región.

"Las ondas sonoras, y los modos de vibración que producen, se pueden usar para sondear el interior del sol de la misma manera que los geólogos usan ondas sísmicas de terremotos para sondear el interior de la tierra." - NASA/Marshall Solar Physics

La estructura interna del Sol

Para entender la importancia del tachocline, primero debemos comprender la estructura interna del Sol. Nuestra estrella se divide en varias capas distintas, cada una con características únicas:

Las capas del Sol

Núcleo

La región más interna del Sol, donde la temperatura alcanza los 15 millones de grados Celsius y la presión es inmensa. Aquí es donde tiene lugar la fusión nuclear que genera la energía del Sol.

Zona radiativa

Representa aproximadamente el 70% del radio solar. En esta región, la energía se transporta principalmente por radiación, y toda la zona gira rígidamente, como una pelota de béisbol sólida.

Tachocline

Una capa de transición extremadamente delgada entre la zona radiativa y la zona convectiva, donde la tasa de rotación cambia drásticamente.

Zona convectiva

La capa más externa, representando aproximadamente el 30% del radio solar. Aquí, el calor se transporta principalmente por convección, y la zona gira diferencialmente, con el ecuador girando más rápido que los polos.

Diagrama detallado de la estructura interna del Sol mostrando el tachocline entre la zona radiativa y la zona convectiva

El tachocline es precisamente la capa que separa estas dos últimas regiones: la zona radiativa, que gira como un sólido, y la zona convectiva, que gira diferencialmente con la fluidez característica de un gas. Esta delgada capa, aunque representa menos del 1% del radio solar, es donde ocurren algunos de los procesos más importantes para la generación del campo magnético solar.

"Mirando la dinámica inicialmente, no esperarías que el tachocline fuera tan delgado porque hay múltiples procesos que tenderían a extender el tachocline si se dejaran actuar por sí solos", explica Nicholas Brummell, profesor de matemáticas aplicadas en la Baskin School of Engineering de UC Santa Cruz. "Así que un gran misterio siempre ha sido '¿por qué es esa capa tan muy, muy estrecha?'"

El dínamo solar y el tachocline

El campo magnético del Sol es generado por un proceso físico llamado dínamo solar, que convierte la energía cinética del movimiento de los fluidos en el interior del Sol en energía magnética. Este proceso es responsable del ciclo solar de 11 años, durante el cual el campo magnético del Sol se invierte completamente.

Cómo funciona el dínamo solar

El dínamo solar funciona a través de dos procesos principales:

Efecto omega

La rotación diferencial del Sol estira y enrolla las líneas del campo magnético alrededor del Sol, fortaleciéndolas. Este proceso puede tomar una línea de campo magnético orientada de norte a sur y enrollarla una vez alrededor del Sol en unos 8 meses.

Efecto alfa

La rotación del Sol también causa la torsión de las líneas de campo magnético, creando nuevas componentes del campo. Este proceso es responsable de la ley de polaridad de Hale y el ciclo magnético de 22 años del Sol.

Diagrama que muestra el ciclo solar y los cambios en el campo magnético del Sol a lo largo del tiempo

Durante décadas, los científicos han debatido sobre dónde exactamente tiene lugar este proceso de dínamo en el interior del Sol. Los primeros modelos sugerían que ocurría en toda la zona convectiva, pero pronto se dieron cuenta de que los campos magnéticos en esta región subirían demasiado rápido a la superficie y no tendrían tiempo suficiente para experimentar los efectos omega y alfa.

Esto llevó a la idea del dínamo de interfaz, que postula que el proceso del dínamo ocurre precisamente en el tachocline, la capa de interfaz entre la zona radiativa y la zona convectiva. Esta región es ideal para el dínamo porque combina la rotación diferencial de la zona convectiva con la estabilidad de la zona radiativa, permitiendo que los campos magnéticos se fortalezcan y se mantengan durante suficiente tiempo.

"El tachocline juega un papel importante en el dínamo solar en que separa dos regiones distintas del Sol. Debajo del tachocline está la zona radiativa, que gira rígidamente como una pelota de béisbol sólida. Arriba del tachocline está la zona convectiva, que gira diferencialmente con la fluidez característica de un gas." - Nicholas Brummell, UC Santa Cruz

El desafío de modelar el tachocline

A pesar de su importancia, modelar el tachocline ha sido uno de los mayores desafíos en la física solar. El Sol es una esfera de plasma turbulento con procesos que abarcan escalas desde apenas 10 metros hasta un millón de kilómetros, y escalas de tiempo desde segundos hasta millones de años. Esta enorme gama de escalas hace que el Sol sea extremadamente difícil de modelar con precisión.

El problema de las escalas múltiples

Modelar el Sol requiere resolver ecuaciones matemáticas complejas que describen el comportamiento de un fluido magnetizado en rotación. El problema es que los procesos físicos relevantes ocurren a escalas muy diferentes, y capturar todas estas escalas en una simulación computacional requiere una cantidad enorme de recursos.

Los intentos anteriores de modelar el Sol habían luchado por priorizar correctamente los procesos físicos que influyen en el dínamo solar. En particular, muchos modelos daban demasiada importancia a la viscosidad, la propiedad "pegajosa" de los fluidos que resiste al flujo. Sin embargo, en el interior del Sol, la viscosidad juega un papel insignificante en comparación con otros procesos.

"El Sol es una esfera muy poderosa y turbulenta de gas, lo que significa que hay una gama masiva de escalas relacionadas con sus movimientos, desde lo muy pequeño (digamos, 10 metros) hasta lo muy grande (digamos, un millón de kilómetros)", explica Loren Matilsky, investigador postdoctoral en UC Santa Cruz y primer autor del estudio. "De manera similar, hay una enorme gama de escalas de tiempo relevantes. Esto hace que el Sol sea extremadamente difícil de modelar, y los intentos anteriores no han podido reproducir los procesos dinámicos realistas esenciales en el interior solar".

Visualización computacional del campo magnético del Sol y su estructura interna

Además, los científicos se enfrentaban al misterio de por qué el tachocline es tan delgado. En teoría, múltiples procesos tenderían a extender esta capa con el tiempo, especialmente un proceso llamado "propagación radiativa", que es la tendencia natural del transporte de energía de la zona radiativa a ensanchar el tachocline. Sin embargo, las observaciones mostraban que el tachocline se mantenía sorprendentemente delgado, lo que sugería que debía haber algún mecanismo que lo confinara.

El avance de los investigadores de UC Santa Cruz

Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de California, Santa Cruz, ha logrado un avance significativo al producir los primeros modelos autoconsistentes del interior del Sol que incorporan la dinámica adecuada y producen espontáneamente un tachocline. Este logro, publicado en The Astrophysical Journal Letters, marca un paso importante adelante para la física solar.

Cálculos "heroicos"

Loren Matilsky, su mentor Nicholas Brummell y la ex estudiante de posgrado de UC Santa Cruz Lydia Korre (ahora investigadora en la Universidad de Colorado Boulder) se embarcaron en lo que Matilsky llama "cálculos heroicos": simulaciones matemáticas extremadamente complejas y grandes que modelan más precisamente los procesos físicos en un régimen de parámetros similar al solar.

Utilizaron el supercomputador Pleiades de NASA Ames durante decenas de millones de horas de supercomputación durante 15 meses para alimentar sus simulaciones. Este enorme esfuerzo computacional les permitió, por primera vez, invertir los recursos necesarios para lograr el ordenamiento correcto de la dinámica solar.

En este trabajo, por primera vez, el equipo pudo priorizar correctamente los procesos físicos. Sus modelos favorecen un proceso llamado "propagación radiativa", que tiende a hacer el tachocline más grueso con el tiempo, sobre otro proceso de engrosamiento llamado "propagación viscosa" que se creía insignificante en el Sol.

Diagrama detallado de la estructura interna del Sol mostrando todas sus capas principales

"Loren y Lydia han estado haciendo simulaciones muy dolorosas y grandes, donde hacemos las simulaciones lo suficientemente grandes y difíciles para que podamos dar menor prioridad a la viscosidad en favor del proceso de propagación radiativa mucho más realista", explica Brummell.

El resultado fue sorprendente. Sin indicaciones específicas para hacerlo, sus modelos de las zonas convectiva y radiativa produjeron espontáneamente un tachocline. Pero aún más revelador fue descubrir qué mantenía esta capa tan delgada: las fuerzas producidas por el dínamo que funciona en la zona convectiva eran la clave para mantener la delgadez del tachocline en este modelo.

Una relación simbiótica

"Hay una sinergia aquí, porque el tachocline se cree que juega un papel fundamental en causar el proceso del dínamo. Ahora parece que lo contrario también puede ser cierto, en el sentido de que el campo magnético del dínamo puede causar que el tachocline exista en primer lugar", explica Matilsky.

Este descubrimiento revela una relación de retroalimentación fascinante: el dínamo que se pensaba que dependía del tachocline también parece crear y mantenerlo, un bucle de retroalimentación que los modelos anteriores habían pasado por alto. Es como si el dínamo y el tachocline fueran dos caras de la misma moneda, cada uno dependiendo y sosteniendo al otro en un delicado equilibrio.

Implicaciones del descubrimiento

El avance de los investigadores de UC Santa Cruz tiene implicaciones significativas tanto para nuestra comprensión del Sol como para aplicaciones prácticas aquí en la Tierra y más allá.

Predicción de tormentas solares

Para nosotros en la Tierra, el tachocline es importante porque de su comportamiento depende en gran medida la producción de los campos magnéticos del Sol. Estos campos desencadenan eventos como erupciones solares y eyecciones de masa coronal, fenómenos que pueden devastar redes eléctricas globales y satélites. Predecir cuándo ocurrirán estos eventos requiere modelar con precisión el interior solar, especialmente el tachocline. Con estos nuevos modelos, los científicos esperan mejorar significativamente nuestras capacidades de predicción.

Imagen de una erupción solar masiva mostrando eyecciones de masa coronal

Las tormentas solares representan una amenaza creciente para nuestra sociedad tecnológica. Un evento extremo, como la tormenta solar de Carrington de 1859, si ocurriera hoy, podría causar daños por valor de billones de dólares y dejar sin electricidad a grandes regiones durante meses o incluso años. Mejorar nuestra capacidad para predecir estos eventos es, por tanto, una prioridad científica y de seguridad nacional.

Más allá de nuestro Sol

Las implicaciones de este descubrimiento van más allá de nuestra estrella. Los científicos creen que las propiedades magnéticas de una estrella pueden ser cruciales para su capacidad de albergar planetas que sustenten vida. Un campo magnético estelar fuerte puede proteger a los planetas de la radiación cósmica y del viento estelar, creando condiciones más favorables para el desarrollo de la vida.

"Sabemos mucha información sobre el Sol, pero el Sol es solo una estrella", dice Matilsky. "Estamos aprendiendo mucho sobre la dinámica de nuestro Sol, y en el proceso, creo que también estamos aprendiendo sobre cómo funciona esto en otras estrellas. Las preguntas del tachocline se vuelven aún más importantes a la luz de otros sistemas estelares y exoplanetas".

Comprender cómo funciona el tachocline en nuestro Sol podría proporcionar información valiosa sobre la actividad magnética de otras estrellas y cómo esta afecta a sus sistemas planetarios. Esto es particularmente relevante en la era de la astronomía de exoplanetas, donde los científicos están descubriendo miles de planetas orbitando otras estrellas y buscando aquellos que podrían albergar vida.

Entendiendo el campo magnético del Sol

Para comprender mejor el campo magnético del Sol y su importancia, te invitamos a ver este video de NASA donde la científica solar Holly Gilbert explica un modelo informático del campo magnético solar:

Conclusión: Un paso adelante en la comprensión del Sol

El descubrimiento de cómo se forma y mantiene el tachocline representa un avance significativo en nuestra comprensión del Sol y su campo magnético. Después de décadas de misterio, los investigadores de UC Santa Cruz han logrado crear los primeros modelos autoconsistentes que explican por qué esta capa es tan delgada y cómo se mantiene estable en el entorno turbulento del interior solar.

Una relación simbiótica revelada

Quizás el hallazgo más fascinante de esta investigación es la relación simbiótica entre el tachocline y el dínamo solar. Durante años, los científicos habían asumido que el tachocline era simplemente el lugar donde ocurría el dínamo solar. Ahora, este estudio sugiere que la relación es mucho más compleja: el dínamo no solo ocurre en el tachocline, sino que también ayuda a crearlo y mantenerlo.

Este descubrimiento cambia fundamentalmente nuestra comprensión de cómo funciona el campo magnético del Sol y abre nuevas avenues para la investigación. En lugar de ver el tachocline y el dínamo como entidades separadas, ahora debemos entenderlos como partes de un sistema interconectado y autorregulador.

Sin embargo, como ocurre con todos los grandes avances científicos, este descubrimiento plantea tantas preguntas como las que responde. ¿Cómo interactúa exactamente el campo magnético del dínamo con los procesos de propagación radiativa para mantener el tachocline delgado? ¿Cómo varía este proceso a lo largo del ciclo solar? ¿Y cómo se aplica este conocimiento a otras estrellas con diferentes masas y tasas de rotación?

Imágenes comparativas del campo magnético del Sol en diferentes años mostrando su evolución

Los investigadores de UC Santa Cruz ya están trabajando para refinar aún más sus modelos y aplicarlos a otras estrellas. "Incluso con el segundo supercomputador más potente de la NASA, las simulaciones aún no pueden capturar todos los detalles de las capas turbulentas del Sol", admite Matilsky. "Nuestro objetivo es refinar aún más estos modelos y aplicarlos a otras estrellas".

Este avance no solo representa un triunfo científico, sino también un recordatorio de la importancia de la investigación básica y la curiosidad humana. El estudio del tachocline, una capa invisible en el interior de nuestra estrella, puede parecer abstracto y alejado de nuestras preocupaciones cotidianas. Sin embargo, como hemos visto, tiene implicaciones directas para nuestra tecnología, nuestra seguridad y nuestra búsqueda de vida en el universo.

"Las vibraciones de este modelo son realmente buenas, y creo que la gente realmente lo sentirá. Especialmente las personas promedio que no han estado pasando su tiempo pensando en modelos." - Nick Turley, jefe de ChatGPT

En última instancia, el estudio del tachocline nos recuerda que incluso en nuestra propia estrella, el objeto más estudiado del universo después de la Tierra, todavía hay misterios por resolver. Cada avance en nuestra comprensión del Sol no solo satisface nuestra curiosidad científica, sino que también nos ayuda a comprender mejor nuestro lugar en el cosmos y los fenómenos que afectan directamente nuestro planeta.

Mientras continuamos explorando el universo y buscando respuestas a algunas de las preguntas más fundamentales sobre la naturaleza, el tachocline nos recuerda que a veces los mayores secretos se esconden en los lugares más inesperados, esperando ser descubiertos por la combinación de observación cuidadosa, pensamiento teórico y poder computacional.

Publicado el 14/9/2025

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