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UE elimina banners de cookies: ¿lo esperabas?

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Robinson Lalos
Editor Senior
UE elimina banners de cookies: ¿lo esperabas?

La UE quiere desterrar los banners de cookies. Qué cambia para tu privacidad, cómo funcionarán las señales del navegador y qué pasará con el tracking y la publicidad

Banner de cookies típico en un sitio web

¿Cuántas veces al día haces clic en "Aceptar cookies" sin siquiera leer lo que estás aceptando? Si eres como la mayoría de los usuarios de internet, probablemente has perdido la cuenta. Estos molestos banners se han convertido en una constante en nuestra navegación diaria, apareciendo en cada sitio web que visitamos y convirtiéndose en un obstáculo automático que sorteamos casi sin pensar.

Un cambio radical en la navegación web

Pero esto podría estar a punto de cambiar. La Comisión Europea ha anunciado su intención de eliminar la ley que obliga a los sitios web a mostrar estos banners de consentimiento, una regulación que, aunque nació con el noble propósito de proteger nuestra privacidad, ha terminado por convertirse en uno de los mayores fastidiosos de la era digital. La propuesta, que podría presentarse en diciembre de este año, promete simplificar la regulación tecnológica y devolver a los usuarios un control más significativo sobre sus datos personales.

Esta iniciativa representa un punto de inflexión en cómo Europa aborda la privacidad en línea. Después de más de quince años de banners de cookies que la mayoría de los usuarios ignoran sistemáticamente, la UE parece haber reconocido que la implementación de esta ley ha debilitado el valor del consentimiento informado que pretendía proteger. Pero, ¿cómo llegamos hasta aquí? ¿Por qué una medida bienintencionada se convirtió en tal molestia? Y lo más importante: ¿qué nos depara el futuro de la privacidad en internet?

La historia de la ley de cookies en Europa

Para entender la magnitud del cambio que se avecina, debemos retroceder hasta 2009, año en que la Unión Europea aprobó la Directiva 2009/136/CE, más conocida como la ley de cookies. Esta normativa formaba parte de un plan más amplio para reforzar la privacidad y protección de datos personales en la web, en un momento en que internet comenzaba a transformarse radicalmente con el auge de las redes sociales y la publicidad dirigida.

Ejemplo de banner de cookies en un sitio web

La directiva introdujo un concepto revolucionario para la época: el consentimiento informado. Según la normativa, los sitios web debían obtener el consentimiento explícito de los usuarios antes de almacenar cualquier cookie en sus dispositivos, a menos que estas fueran "estrictamente necesarias" para el funcionamiento del servicio. La idea era noble: dar a los usuarios control sobre qué información personal compartían con los sitios web y cómo se utilizaba.

El propósito original de la directiva

Como se explica en el inciso 66 de la Directiva 2009/136/CE: "Puede que haya terceros que deseen almacenar información sobre el equipo de un usuario o acceder a información ya almacenada, con distintos fines, que van desde los fines legítimos hasta aquellos que suponen una intrusión injustificada en la esfera privada. Resulta, por tanto, capital que los usuarios reciban una información clara y completa cuando realicen una acción que pueda dar lugar a dicho almacenamiento u obtención de acceso."

La directiva establecía que el modo en que se facilitara esta información y se ofreciera el derecho de negativa debía ser "el más sencillo posible para el usuario". Además, las excepciones a la obligación de informar y ofrecer el derecho de negativa debían limitarse a situaciones en las que el almacenamiento técnico o el acceso fueran "estrictamente necesarios" con el fin legítimo de permitir el uso de un servicio específico solicitado por el usuario.

La implementación y sus consecuencias

Sin embargo, la implementación práctica de esta directiva dio lugar a una proliferación de banners de cookies en toda la web. Lo que comenzó como una medida para proteger la privacidad se convirtió rápidamente en un obstáculo para la experiencia del usuario. Los sitios web, temerosos de enfrentar sanciones regulatorias, comenzaron a mostrar estos banners de manera prominente, a menudo con diseños que incentivaban el clic en "Aceptar" en lugar de ofrecer opciones claras y equilibradas.

"La directiva de 2009 funciona como un complemento en áreas específicas, lo que se traduce como burocracia adicional a la hora de regular la web." - Informe de la Comisión Europea

¿Por qué fracasó la ley de cookies?

A pesar de sus buenas intenciones, la ley de cookies ha sido ampliamente considerada un fracaso en términos de protección efectiva de la privacidad. El problema fundamental es que la mayoría de los usuarios hacía clic en "Aceptar" sin leer el mensaje, convirtiendo el consentimiento informado en una mera formalidad. Esta práctica se volvió tan común que las personas lo hacían casi en automático con el fin de saltarse el muro de cookies.

El consentimiento como mero formalismo

"Demasiado consentimiento básicamente mata el consentimiento. Las personas están acostumbradas a dar su consentimiento para todo, por lo que podrían dejar de leer las cosas con tanto detalle, y si el consentimiento es el valor predeterminado para todo, ya no es percibido de la misma manera por los usuarios", explica Peter Craddock, abogado de datos de Keller and Heckman. Esta observación captura perfectamente la paradoja de la ley de cookies: al intentar proteger la privacidad mediante el consentimiento, ha logrado precisamente lo contrario, normalizando la cesión de datos personales sin una reflexión significativa.

Otro problema significativo ha sido el diseño engañoso de muchos banners de cookies. Un análisis de 48 banners de cookies reveló que la mayoría carece de accesibilidad UX y empatía por el usuario, utilizando diseños inconsistentes, redacción engañosa, diseños de botones sesgados y flujos de opción "Rechazar" ambiguos. Muchos sitios web incluso obligan al usuario a aceptar sus cookies o pagar una cuota si quieren acceder a su página, una práctica considerada ilegal por el Comité Europeo de Protección de Datos.

El impacto en la experiencia del usuario

Para el usuario común, las alertas de cookies representan un obstáculo constante al navegar en la web. Algunos usuarios van más allá e instalan extensiones para navegadores como Chrome que eliminan estas alertas, lo que muestra claramente que la directiva de 2009 ya no es efectiva. Con aproximadamente 725 millones de usuarios de internet en Europa, el tiempo colectivo dedicado a hacer clic en banners de cookies es asombroso.

Estadísticas sobre el impacto de los banners de cookies en la UE

Dependiendo de cuántos sitios web visite un usuario, el tiempo que lleva navegar a través de los banners de cookies puede variar desde menos de un segundo hasta varios minutos por sesión. Multiplicado por millones de usuarios y miles de millones de visitas, esto representa una cantidad enorme de tiempo perdido y una fricción innecesaria en la experiencia de navegación.

"Los banners de cookies son tiempo-consuming. Esto posiblemente es consecuente; no obstante, es una consecuencia del mal diseño, lo que sitúa a los banners de cookies en la categoría de 'economía de la atención'. Si tu tiempo equivale a tu atención, ¿cuánta de tu atención te quitan los banners de cookies?" - Análisis de UX Design

La nueva propuesta de la Comisión Europea

Ante el evidente fracaso de la ley de cookies, la Comisión Europea ha decidido actuar. Según informó Politico, el órgano ejecutivo europeo quiere eliminar la ley de las cookies en un intento por simplificar la regulación tecnológica. La Comisión considera presentar un texto "ómnibus" en diciembre, el cual plantea la posibilidad de eliminar estas notificaciones para siempre.

Excepciones y preferencias del navegador

La nueva propuesta considera incluir excepciones para las cookies "estrictamente necesarias". Además, la Comisión propone una opción dentro de la configuración del navegador donde los usuarios puedan definir sus preferencias de una vez por todas. Por ejemplo, si un usuario está interesado en su privacidad, podría ajustar esta opción para que Chrome o Firefox rechace automáticamente las cookies con fines publicitarios. Este enfoque descentralizaría el control de las cookies, pasando de los sitios web individuales a los navegadores, donde los usuarios podrían establecer sus preferencias de manera más eficiente.

Esta iniciativa forma parte de un esfuerzo más amplio de la Comisión Europea para simplificar la regulación tecnológica y reducir la burocracia que afecta tanto a las empresas como a los ciudadanos. La Comisión cree que la legislación actual ha debilitado el valor del consentimiento informado y que es necesario encontrar un punto medio en donde se proteja la privacidad de las personas sin afectar la experiencia de uso.

El camino hacia la reforma

Algunos países, como Dinamarca, ya han sugerido eliminar las notificaciones para aquellas páginas que utilizan cookies estrictamente necesarias o para estadísticas simples. Estas ideas se están discutiendo a nivel europeo, y la propuesta de reforma se presentaría formalmente en diciembre de 2025. Sin embargo, como suele ocurrir con los procesos legislativos europeos, es probable que pasen varios años antes de que cualquier cambio se implemente efectivamente.

Configuración de privacidad en un navegador web

Un aspecto interesante de esta propuesta es que representa un cambio de paradigma en cómo Europa aborda la regulación tecnológica. En lugar de añadir más capas de complejidad, la Comisión está reconociendo que a veces la simplificación puede ser más efectiva para proteger los derechos de los ciudadanos. Esto podría sentar un precedente para futuras iniciativas regulatorias en el ámbito digital.

"La Comisión Europea quiere tomar un bocado de las reglas de privacidad que obligan a los sitios web a ejecutar banners de cookies. Es el tipo de simplificación que los europeos ordinarios pueden respaldar." - Politico

El debate entre industria y privacidad

Como era de esperar, la propuesta de la Comisión Europea ha desatado un intenso debate entre la industria tecnológica y los defensores de la privacidad. Por un lado, la industria ve una oportunidad para simplificar el cumplimiento normativo y reducir la fricción para los usuarios. Por otro, los defensores de la privacidad temen que cualquier relajación de las normas actuales pueda debilitar aún más la protección de los datos personales.

La perspectiva de la industria tecnológica

La industria tecnológica ha sugerido que las reglas de cookies deberían incorporarse al Reglamento General de Protección de Datos (GDPR). Franck Thomas, director de políticas de IAB Europe, explica que la Directiva ePrivacy adopta un enfoque "muy rígido" del consentimiento, mientras que el GDPR utiliza un "enfoque basado en el riesgo", permitiendo a las empresas ajustar sus salvaguardias de privacidad según el nivel de riesgo asociado al procesamiento de datos. Esto permitiría a las empresas basarse en fundamentos jurídicos más apropiados, como el interés legítimo, simplificando el cumplimiento sin sacrificar la protección de datos.

Sin embargo, Thomas también advierte: "Nuestra llamada a la simplificación no debe confundirse con un enfoque de toque ligero en la protección de datos, pero todos estamos de acuerdo en que necesitamos mantener este equilibrio entre salvaguardar los derechos de privacidad y preservar la competitividad de la industria tecnológica europea".

La voz de los defensores de la privacidad

Por su parte, los defensores de la privacidad son mucho más escépticos ante cualquier cambio en la normativa actual. Itxaso Domínguez de Olazábal, asesora de políticas de European Digital Rights, afirma que "centrarse en las cookies es como reorganizar las sillas de la cubierta del Titanic, siendo el barco la publicidad de vigilancia". Ella argumenta que la ley ya hace una excepción para las cookies necesarias para entregar un servicio que las personas esperan explícitamente, como recordar artículos en un carrito de compras.

Preocupaciones sobre la expansión de excepciones

"Ampliar esa categoría para incluir [otros tipos de] seguimiento 'esencial' es engañoso, porque corre el riesgo de introducir subrepticiamente análisis o personalización para adtech", advierte Domínguez de Olazábal. Los defensores de la privacidad temen que cualquier ampliación de las excepciones pueda abrir la puerta a prácticas de seguimiento más intrusivas bajo el pretexto de ser "estrictamente necesarias".

Este debate refleja una tensión fundamental en el corazón de la regulación tecnológica europea: cómo equilibrar la innovación y la competitividad con la protección de los derechos fundamentales de los ciudadanos. Mientras que la industria argumenta que la regulación actual es excesivamente burocrática y frena la innovación, los defensores de la privacidad sostienen que cualquier relajación de las normas podría socavar años de avances en la protección de datos.

"La privacidad es el tercer rail de la política de la UE. Desde el GDPR hasta las leyes tecnológicas más recientes, los lobbies de Bruselas han debatido fieramente los temas de privacidad, dejando intentos anteriores de reformar la ley de cookies a medias." - Politico

Alternativas y soluciones futuras

Más allá del debate actual sobre si mantener o eliminar los banners de cookies, existen varias alternativas y soluciones innovadoras que podrían mejorar la protección de la privacidad sin sacrificar la experiencia del usuario. Estas propuestas van desde cambios técnicos hasta enfoques regulatorios completamente nuevos.

Configuración centralizada en navegadores

Una de las alternativas más prometedoras es la configuración centralizada de preferencias de privacidad a nivel de navegador. En lugar de que cada sitio web pida consentimiento, los usuarios podrían establecer sus preferencias una vez en su navegador (Chrome, Firefox, Safari, etc.), y estos ajustes se aplicarían automáticamente a todos los sitios web visitados. Este enfoque no solo simplificaría la experiencia del usuario, sino que también devolvería el control a las personas, permitiéndoles tomar decisiones informadas sobre su privacidad de manera más eficiente.

Algunos navegadores ya han comenzado a implementar funciones similares. Por ejemplo, Safari de Apple tiene una función de "Prevención de seguimiento inteligente" que bloquea las cookies de terceros de forma predeterminada, mientras que Firefox ofrece una "Protección contra seguimiento mejorada" que limita la capacidad de las empresas de rastrear la actividad de los usuarios en diferentes sitios.

Tecnologías de privacidad preservativa

Otra vía prometedora es el desarrollo de tecnologías de "privacidad preservativa" que permitan a los sitios web recopilar datos útiles para sus operaciones sin comprometer la privacidad individual. Técnicas como el procesamiento federado, donde los datos se analizan localmente en el dispositivo del usuario en lugar de enviarse a servidores centralizados, o el uso de datos agregados y anonimizados, podrían ofrecer un equilibrio entre las necesidades empresariales y los derechos de privacidad.

Representación de cookies de terceros y privacidad

Estas tecnologías ya están siendo exploradas por grandes empresas tecnológicas. Google, por ejemplo, ha propuesto la "Privacy Sandbox", un conjunto de estándares web que pretenden hacer que la web sea más privada al mismo tiempo que permiten a los anunciantes alcanzar a los clientes sin necesidad de rastrear individualmente a los usuarios.

Enfoques regulatorios innovadores

A nivel regulatorio, algunos expertos sugieren que en lugar de centrarse únicamente en el consentimiento, la UE podría adoptar un enfoque más holístico que combine varios instrumentos legales. Esto podría incluir estándares técnicos obligatorios para el diseño de banners de cookies, sanciones más severas para el incumplimiento, y requisitos de transparencia más estrictos sobre cómo se utilizan realmente los datos de los usuarios.

Otra propuesta interesante es la creación de un "sello de privacidad" europeo que certifique que los sitios web cumplen con altos estándares de protección de datos. Esto no solo ayudaría a los usuarios a identificar rápidamente los sitios que respetan su privacidad, sino que también crearía incentivos para que las empresas compitan en términos de protección de datos en lugar de solo en términos de recopilación de datos.

"El futuro de la privacidad en línea no se trata solo de eliminar banners molestos, sino de crear un ecosistema digital donde la privacidad sea el valor predeterminado, no una opción que los usuarios tienen que defender constantemente." - Expertos en privacidad digital

Conclusión: Hacia una web más transparente

La propuesta de la Unión Europea para eliminar los banners de cookies representa mucho más que un simple cambio regulatorio; es un reconocimiento de que la implementación de la ley de 2009 no ha logrado sus objetivos y que es necesario repensar fundamentalmente cómo abordamos la privacidad en línea. Después de más de quince años de banners que la mayoría de los usuarios ignoran, la UE está finalmente reconociendo que el consentimiento informado no puede lograrse mediante clics automáticos en ventanas emergentes.

Lecciones aprendidas y camino a seguir

La historia de la ley de cookies en Europa ofrece lecciones importantes sobre la regulación tecnológica. En primer lugar, demuestra que las buenas intenciones no siempre se traducen en buenos resultados cuando la implementación práctica crea más problemas de los que resuelve. En segundo lugar, muestra que la protección de la privacidad no puede lograrse simplemente mediante la obligación de hacer clic en botones, sino que requiere enfoques más sofisticados que tengan en cuenta la experiencia real del usuario.

Finalmente, esta iniciativa representa una oportunidad para repensar fundamentalmente la relación entre los usuarios, los sitios web y los datos personales. En lugar de un modelo basado en el consentimiento constante y la interrupción, podemos imaginar un futuro donde la privacidad esté integrada en el diseño de los servicios digitales, donde los usuarios tengan un control significativo sobre sus datos sin tener que navegar a través de un laberinto de ventanas emergentes.

Sin embargo, es importante recordar que la eliminación de los banners de cookies no es una panacea. La privacidad en línea enfrenta desafíos mucho mayores que los simples banners de consentimiento. La publicidad de vigilancia, la recopilación masiva de datos personales y la falta de transparencia sobre cómo se utilizan estos datos son problemas que requieren soluciones más comprehensivas.

El futuro de la privacidad en línea dependerá de nuestra capacidad para encontrar un equilibrio entre la innovación tecnológica y la protección de los derechos fundamentales. La propuesta de la UE para eliminar los banners de cookies es un paso en la dirección correcta, pero es solo el comienzo de un camino mucho más largo hacia una internet verdaderamente centrada en el usuario y respetuosa con la privacidad.

"La privacidad no es algo que yo simplemente tengo, es algo que debo tener. Es una de las cosas más valiosas que poseemos. Y debemos luchar por ella." - Edward Snowden

Mientras esperamos a ver cómo se desarrolla esta propuesta legislativa, una cosa es segura: la conversación sobre la privacidad en línea ha cambiado para siempre. Los usuarios son cada vez más conscientes de la importancia de sus datos personales y exigen un mayor control sobre cómo se utilizan. Las empresas y los reguladores deben responder a estas expectativas si quieren mantener la confianza del público en el ecosistema digital.

¿Estaremos finalmente a punto de decir adiós a los molestos banners de cookies? Solo el tiempo lo dirá. Pero lo que es indudable es que la propuesta de la UE ha abierto una conversación necesaria sobre cómo podemos crear una internet más transparente, respetuosa con la privacidad y centrada en el usuario. Y esa, sin duda, es una conversación que vale la pena tener.

Publicado el 23/9/2025

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